
GAIKAN
Cuando cae la tarde, la terraza de Gaikan, en la playa de Muro, comienza a vibrar. El cielo de Mallorca comienza a teñirse de malva mientras se encienden las brasas del kamado (el horno japonés ancestral de carbón). Así comienza la noche en GAIKAN, un restaurante donde se fusionan tres mundos gastronómicos en una experiencia única.
GAIKAN es un ritual contemporáneo de sabores, texturas, silencios y música que tiene lugar en la terraza del famoso restaurante Fusion19. Dirigido por los chefs Aleix Serra y Marc Marsol, GAIKAN Restaurant & Sushi Bar ofrece una original narrativa gastronómica: una historia que se cuenta a través de cada plato, de cada cóctel, de cada nota que emana del DJ mientras las luces caen suaves sobre una mesa que parece compuesta como una obra de arte.
Sake y matcha
Fusión sin fronteras
En este espacio conviven la precisión milimétrica del sushi japonés, la intensidad aromática del Mediterráneo y los matices vibrantes de la cocina latinoamericana, y lo hacen sin competir. Respetándose, escuchándose y elevándose mutuamente.
El menú degustación es el epicentro de GAIKAN. Comienza con un gesto de bienvenida tan sutil como potente: pan de espelta de masa madre con AOVE mallorquín y mantequilla ahumada. Es un umbral, una declaración de intenciones. A partir de ahí, todo fluye como una sinfonía bien orquestada: verduritas con crème fraîche y crumble de queso, tartaleta de tartar de salmón con aguacate y huevas ahumadas, sandwich de carrillera de porc negre con ajo negro…
En el menú hay homenajes claros: a Japón, con su usuzukuri delicado y preciso, perfumado con salsa tosazu y emulsión de hierbas. A Euskadi, con la raya a la donostiarra reinterpretada con pil pil de espinas. Y a Asia y el umami, con delicias como el buñuelo de raya guisada o el imponente wagyu con coliflor en texturas, mollejas y salsa cantonesa.
Tartar atún
Sushi, brasas y cócteles: trío de ases
El sushi forma parte de la esencia de GAIKAN. Técnica, armonía y estética que revelan un respeto profundo por la tradición nipona. Cada pieza es pensada, ejecutada y servida como si fuera la única. Y luego está el fuego. El dominio del kamado japonés otorga una profundidad de sabor que no se puede imitar. Las carnes y pescados alcanzan ahí una nueva dimensión, marcada por el humo, el carbón, el punto exacto de cocción y texturas simplemente perfectas.
La coctelería de autor traza un discurso preciso y creativo que dialoga con la cocina sin perder identidad. El Gaikan Sour equilibra lo clásico con lo contemporáneo; el Negroni “Matrix” sorprende por su estética disruptiva y ese fondo especiado que invita a seguir explorando. Cada cóctel marida con la comida y con el momento a la perfección.
Pero GAIKAN no sería lo que es sin su atmósfera. La música en vivo los lunes a las 20:30, y los sets de DJ de miércoles a domingo, convierten el espacio en algo parecido a un club. No hay estridencias, solo ritmo, elegancia y un flujo constante de estímulos que se entrelazan: el sonido de un hielo chocando en la copa, el aroma de la brasa, una carcajada suave en la mesa de al lado, la mirada cómplice del camarero que sabe exactamente cuándo traer el siguiente plato. GAIKAN se erige como un templo moderno de la fusión bien entendida. Un restaurante que busca por todos los medios emocionar... Y lo consigue.
Pulpo a la brase con salsa tatemada