La Rosa Vermutería celebra diez años de esencia castiza y sabor cotidiano en Palma
En junio de 2015, en un pequeño local de la calle de la Rosa, nacía en Palma un proyecto que, lejos de seguir las modas, apostaba por la autenticidad, el producto y la continuidad. Diez años después, La Rosa Vermutería & Colmado se ha convertido en un referente imprescindible en la ciudad, tanto para los palmesanos como para quienes visitan la isla buscando experiencias con alma.
La Rosa supo recuperar, desde su origen, la estética y el espíritu de las antiguas tabernas del norte de España, creando un espacio donde el vermú es protagonista y la cocina se inspira en la tradición popular. Aquel primer impulso se ha consolidado en una carta que combina conservas artesanales, marisco en crudo, tapas clásicas y platos de mercado, junto a una cuidada selección de vermús que hoy supera las 50 referencias. “Queríamos ser un clásico desde el primer día”, afirma Nacho Velasco, uno de sus fundadores, junto a Uvete Conde y Álvaro García. “Un sitio que te acompañe siempre, que forme parte de la vida diaria y del imaginario de la ciudad”.

A lo largo de esta década, La Rosa ha evolucionado sin perder su esencia: la gilda como emblema, los croquetones de carne madurada, las patatas con allioli suave, los boquerones en vinagre o los calamares frescos fritos siguen compartiendo protagonismo con creaciones más actuales, como el tartar de gamba o sus cócteles con vermú. Su propia etiqueta de vermú, elaborada para la casa, marca un paso más en la vocación de cuidar cada detalle con identidad propia.
Para celebrar este aniversario, del 1 al 4 de julio, La Rosa rendirá homenaje a sus comensales con pequeños gestos: un aperitivo de cortesía para quienes reserven mesa, propuestas fuera de carta y detalles que apelan a la memoria gustativa de estos diez años.
La Rosa Vermutería & Colmado es hoy uno de los pilares de La Rosa Troupe, el grupo gastronómico dirigido por Velasco, Conde y García, que ha tejido una red de espacios con personalidad: desde La Rosa Catalina hasta el vibrante Garito Glup Yeah!, el restaurante La Carpintería, el servicio de catering y el singular Vagón de La Rosa. Todos comparten un mismo hilo conductor: celebrar la vida a través de la comida, la hospitalidad cercana y un estilo propio que combina lo castizo con una visión contemporánea del bar.
Con una década a sus espaldas, La Rosa no solo ha resistido el paso del tiempo, sino que ha crecido fiel a su idea original: ser un lugar al que siempre se quiere volver, donde cada tapa cuenta una historia y cada vermú brinda por lo que perdura.







