En las profundidades del Atlántico, donde las olas azotan con fuerza y las corrientes ponen a prueba la destreza de sus habitantes, nace una estirpe de lubinas que se distingue por su singular resistencia y una calidad excepcional a nivel culinario. Son las lubinas Aquanaria, el resultado de una cría perfeccionada durante casi medio siglo y que ahora son las favoritas de la alta gastronomía. Chefs de la talla de Andreu Genestra (restaurante Andreu Genestra) admiten haber caído rendidos ante los encantos de las lubinas de Aquanaria.
Andreu Genestra y Aquanaria: sabor y sostenibilidad
Aquanaria ha conseguido conquistar a los paladares de chefs y restaurantes de renombre a nivel internacional gracias a una distribución eficiente que lleva su producto fresco a mesas de todo el mundo en apenas 48 horas. Su excelente carne es una invitación a ser disfrutada en crudo, para deleitarse con su textura y sabor inigualables.
El chef Andreu Genestra, conocido por su cocina innovadora y su pasión por los productos locales y sostenibles, ha encontrado en las lubinas de Aquanaria el complemento perfecto para su creatividad culinaria. Su restaurante en el Hotel Zoëtry Mallorca es un escenario donde la calidad de Aquanaria se encuentra con la alta cocina mediterránea, proporcionando a los comensales una experiencia gastronómica que es tanto un deleite como una declaración de principios.
Con un huerto y viñedo propio de 2500m2, y un enfoque en la economía circular y el apoyo a los productores locales, el compromiso de Genestra con la sostenibilidad resuena con la misión de Aquanaria. Juntos, elevan el estándar de lo que la alta cocina puede ofrecer, demostrando que es posible maridar excelencia culinaria con responsabilidad ambiental. Las lubinas Aquanaria no solo son admiradas por chefs como Genestra; son verdaderas joyas del océano, transformadas en arte culinario.
La lubina, “el lobo de mar”
Fue Aristóteles quien se refirió por primera vez a este pez como el "lobo de mar" debido a su naturaleza predadora. Y es que la lubina es un pescado muy apreciado desde la antigüedad. Su fama no ha hecho más que crecer a lo largo de los siglos, especialmente la lubina europea (dicentrarchus labrax), reconocida por su tamaño medio, firmeza y sabor. Este pez, cuyo hábitat se extiende desde Noruega hasta Senegal, enfrenta, sin embargo, un futuro incierto en su versión salvaje, con poblaciones en retroceso a pesar de las medidas de conservación.
En contraste con esta tendencia, Aquanaria presenta una lubina de cultivo que no solo iguala, sino que se atreve a superar la calidad de su contraparte salvaje. La empresa, fundada por Gustavo Larrazábal hace más de tres décadas, se ha consolidado como líder en la producción de lubinas de gran tamaño, con el claro objetivo de ofrecer un producto de alto valor gastronómico.
La excelencia de las lubinas Aquanaria comienza con su entorno: criadas en las aguas abiertas y agitadas del Atlántico, cerca de Las Palmas de Gran Canaria, estas lubinas son forzadas por la naturaleza a un constante ejercicio que refuerza su musculatura. Este "gimnasio marino" no solo les otorga una textura firme y deseable, sino también una grasa bien distribuida, lo que resulta en un sabor suave y limpio, casi indistinguible del pescado capturado en libertad.
Un mismo pescado, un sinfín de posibilidades
Cada pieza de la lubina Aquanaria es una joya culinaria, desde el lomo, ideal para sashimis y cocina a alta temperatura, hasta la ventresca, con su textura suave y sabor rico gracias a un mayor contenido graso. Tampoco se descartan las partes menos conocidas, como la cabeza, rica en colágeno y sabor, y las gónadas, que durante ciertas temporadas ofrecen huevas exquisitas. Incluso la piel, transformada en un crujiente complemento, y la grasa interna, que se funde realzando el gusto de las preparaciones, son aprovechadas para maximizar tanto el rendimiento económico como el placer sensorial.
El cuidado y la calidad son sellos distintivos de Aquanaria, cuyas lubinas son capturadas de forma que garantizan su frescura y sabor. El proceso de "shock térmico" inmediato al momento de la pesca y el ayuno de 48 horas previo aseguran una carne sin regustos desagradables y una conservación impecable durante 15 días. Además, Aquanaria es la primera y única empresa certificada por AENOR como libre de anisakis, un parásito común en los pescados y que suele requerir congelación para su eliminación.
Las lubinas Aquanaria no son solo un excelente producto gastronómico, son el testimonio de un compromiso con la sostenibilidad, la integridad y la innovación. La empresa, que cuenta en la actualidad con un equipo de más de 130 personas y una historia que se remonta a 1973, mantiene su misión de proporcionar una calidad gastronómica incomparable y es reconocida por los chefs más prestigiosos del mundo como la mejor lubina del mercado.