Con distinciones nacionales e internacionales, la excelencia de la marca Pestana se ha reforzado, la calidad del servicio prestado a los huéspedes y la profesionalidad de los equipos es un elemento diferenciador tanto en el Pestana Palace Lisboa como en el Pestana Cidadela Cascais. La posición de liderazgo en Portugal y la afirmación en los mercados globales es ya una realidad y la apuesta por la gastronomía portuguesa forma parte de esta receta.
El emblemático Pestana Palace Lisboa se ubica en un impresionante palacio del s. XIX que en su día fue del Marqués de Valle Flor. Rodeado por unos impresionantes jardines que han sido declarados Patrimonio Nacional, el impresionante ambiente palaciego del complejo hotelero transmite lujo y exclusividad. Por sus habitaciones y suits han pasado la mayoría de las personalidades y las grandes estrellas internacionales que vienen a Lisboa. De hecho, la inigualable Madonna se alojó durante seis meses en este espectacular hotel mientras concluía las obras y la mudanza de la casa que compró en la capital del Tajo.
En los antiguos salones de baile del palacio Valle-Flôr se localiza hoy el restaurante homónimo. Con mobiliario y decoración clásica, estilo regencia, rigurosa con la época y el entorno, en su comedor se respirar elegancia y exclusividad, convirtiéndolo en un rincón único en la ciudad.
El Chef Pedro Marques es el responsable de una cocina que mima el recetario tradicional portugués dando especial protagonismo al producto local, los excelentes pescados atlánticos, las insuperables carnes del país y el magnífico producto de la huerta y de temporada. No obstante, aunque la cocina del restaurante Valle-Flôr es, principalmente, de gusto portugués, en ella tienen cabida otras elaboraciones foráneas como excelentes preparaciones típicas de la cocina nipona, o los brunch de los domingos, plagados de aperitivos y platillos exóticos.
Demás del comedor principal, el restaurante cuenta con espléndidos reservados en los que el cliente recibirá una atención personalizada. Es el caso del reservado que ocupa el que antaño fuera el despacho del Marqués o el ubicado en las antiguas cocinas del palacio, que aún conservan su gran mesa de mármol, y que fue el sitio elegido por la mismísima Madonna para realizar todas sus comidas durante el tiempo que se alojó en el Pestana Palace Lisboa.
Taberna da Praça, Pestana Cidadela en Cascais
El hotel Pestana Cidadela Cascais es un complejo hotelero que deja sin respiración al huésped cuando lo ve por primera vez. Está enclavado en un antiguo fortín-ciudadela construido entre los s. XV y XVII y cuyos bastiones fortificados en forma de flecha son característicos de las construcciones militares defensivas de la Edad Moderna.
Entre sus muros se distribuyen las diferentes construcciones de lo que en su día fueron los barracones que albergaban a los militares encargados de esta estratégica defensa costera. Cuando hace unos años el grupo hotelero Pestana lo reconstruyó y reacondicionó como hotel lo hizo con el mayor de los respetos a su distribución original por lo que hoy el huésped disfruta de la sensación de aislamiento que supone vivir en una fortaleza.
En cuanto a la oferta gastronómica del Hotel, Taberna da Praça es su principal exponente. El chef Manuel Alexandre es el responsable de una carta en la que se sirven platos tradicionales portugueses, desde la popular patanisca, los huevos con espárragos sin olvidarnos del famosísimo bacalao À Bras o las pieles de patatas. En palabras del chef: “la idea es hacer disfrutar al comensal presentándole Portugal y su historia a través de la gastronomía”.
Lo acogedor de sus distintas salas, decoradas cada una con una temática diferente, así como la excelente oferta gastronómica en la que prima el producto de cercanía y de temporada, y los sabores tradicionales portugueses han convertido a Taberna da Praça en uno de los restaurantes de moda, no sólo entre los visitantes, sino también entre la propia población autóctona de la zona ya que es el lugar ideal para disfrutar de una comida informal charlando y pasando un buen rato mientras se saborea lo mejor de la gastronomía lusa.