Un antiguo almacén de madera. Una barra de hormigón. Dieciséis comensales. Cocina a la vista. Un menú que no es revelado hasta el momento de servirse. Así es el restaurante BRUT. Un espacio en el pequeño pueblo de Llubí donde cada noche se vive una alucinante puesta en escena. Su carta en constante evolución, su atmósfera única, su compromiso con la sostenibilidad y su apuesta por la libertad lo han hecho valedor de un Sol de Repsol en 2024 y ser elegido restaurante revelación en 2017.

Eduardo Martínez-Gil, junto con su equipo, han diseñado un menú degustación único para todos, que evoluciona con la temporada, donde cada plato tiene su línea de diálogo, cada ingrediente brilla con luz propia.

Nacido en Buenos Aires, Eduardo trabajó como director creativo en Madrid, se formó en el Bulli de Ferran Adrià, pasó por El Celler de Can Roca y realizó innumerables viajes gastronómicos a Asia. Si a esto se le unen su pasión por el punk y el skate, el resultado es este proyecto donde las reglas se rompen pero el respeto por el producto y la tierra se mantiene intacto. En BRUT se elabora todo desde cero. Incluso las bebidas, que producen en la propia Brewery del restaurante: kombuchas, cervezas, sidras, sakes, hidromieles y licores.

Comensales de mentes abiertas y ganas de emocionarse, este es su lugar.