
Mariana y Eliana
En solo cuatro años, Klüg Burgers ha conseguido algo que no es nada fácil: convertirse en la primera hamburguesería especializada en smash burgers de la isla y, al mismo tiempo, ganarse un lugar en el corazón (y el paladar) de los mallorquines. Detrás del proyecto hay cinco amigos argentinos —Matías Oberst, Matías Bernatek, Matías González, Mariana Compte y Eliana Compte— unidos por la pasión por la cocina y las ganas de hacer las cosas bien. En esta entrevista charlamos con los tres Matías —o "los Matis", como les llaman entre risas—, parte del alma fundadora de Klüg. Juntos, han llevado el concepto de hamburguesería a otro nivel, apostando por la calidad sin concesiones, la innovación continua y una propuesta que fusiona street food y alta cocina.
¿Cómo fueron los inicios? ¿La gente conocía las smash burgers en Mallorca?
Al principio costó un poco. No todo el mundo entendía lo que era una smash burger, pero sí había cierto público que conocía el concepto. Lo fuimos explicando poco a poco, y la verdad es que el hecho de ofrecer algo distinto gustó mucho. Eso fue clave para crecer rápido. Empezamos muy de a poco, nosotros cinco solos, sin grandes máquinas, y fuimos evolucionando en todo: estructura, equipo, calidad.
¿Cuál es el principal valor diferencial de Klüg?
La calidad. Siempre lo decimos: todo lo que entra en la hamburguesa lo pensamos al detalle. Fuimos los primeros en usar el potato roll en la isla —un pan con base de patata que aporta una textura y sabor únicos—. Seleccionamos un blend de carne con tres cortes distintos, usamos quesos americanos de alta calidad y preparamos salsas caseras, aunque también trabajamos con marcas top como Heinz. En definitiva, cuidamos cada ingrediente y cada paso del proceso.
Vuestro menú es muy amplio. ¿Qué otros platos destacan además de las burgers?
Sí, una de nuestras fortalezas es la variedad del menú. Todas nuestras hamburguesas pueden pedirse en versión veggie, con medallón vegetal, y tenemos opciones 100% veganas. También hay burgers de pollo, entrantes como patatas con cheddar, bacon, mayonesa trufada o boloñesa, nachos en formato grande para compartir y, por supuesto, postres caseros que rotan cada dos meses. Además, contamos con varias cervezas, tanto comerciales como artesanales. La idea siempre fue crear una experiencia completa, como de “bar gastronómico”.
¿Qué es el Klug del Chef?
El Klug del Chef es una colaboración con 5 chefs de alta cocina de la isla. Buscábamos fusionar el mundo de las smash burgers con el de la alta cocina. Les damos libertad total para idear su burger. Luego nos reunimos, la probamos juntos, y valoramos si es viable en producción, ya que todo lo elaboramos nosotros. Por ahora hemos hecho una colaboración con Jonay Hernández, chef de La Vieja, y ha sido una experiencia increíble. Cada chef tiene dos meses para que su burger esté en carta, lo que nos da una temporada de diez meses con cinco chefs invitados. Nosotros aportamos nuestra carne y pan —la base de toda burger Klüg—, pero ellos se lucen con su visión creativa.
Y además seguís sacando burgers nuevas mensualmente…
Sí, solemos sacar una burger del mes. Es parte de nuestro ADN. Nos gusta probar cosas nuevas y sorprender al cliente habitual. Las colaboraciones con chefs han elevado esa propuesta, y ahora también lo aplicamos a los postres del mes, que son siempre muy golosos.
¿Qué planes tenéis a futuro?
Estamos valorando varios caminos. Por un lado, nos gustaría seguir con la línea gastronómica y tal vez hacer algún evento de alta cocina más adelante. Pero también estamos pensando en expandirnos en la isla, abrir nuevos puntos de venta en zonas como el Arenal o alrededores, con un modelo más de takeaway o dark kitchen. Queremos que más gente pueda acceder a nuestras burgers, especialmente quienes no están cerca de Palma.
Además de la comida, habláis mucho del equipo humano. ¿Qué importancia tiene eso para vosotros?
Muchísima. Hoy somos casi 30 personas trabajando en Klüg, y para nosotros es fundamental que haya buen ambiente. El equipo es multicultural, con profesionales de Argentina, España, Colombia y otros países, aportando diversidad y riqueza. Lo importante es que todos se sientan parte de Klüg. Esa energía se transmite al cliente: queremos que quien venga a Klüg se sienta como en casa.