Felipe Moreno
En Lío Mallorca, el espectáculo no se vive únicamente sobre el escenario. Entre fogones y emplatados, existe otro show en marcha: el que lidera Felipe Moreno, jefe de cocina del restaurante desde su apertura en 2022, bajo las directrices de Andreu Genestra, chef ejecutivo del grupo. La trayectoria de Moreno, marcada por la excelencia y la exigencia, se despliega ahora en una de las propuestas gastronómicas más singulares del Mediterráneo. Hablamos con él sobre su visión, los retos de cocinar al ritmo del espectáculo y sobre cómo se construye una experiencia que va mucho más allá del plato.
¿Cómo llegaste a Lío Mallorca?
Fue una historia de conexiones. Antes de incorporarme a Lío, trabajaba en Mallorca, pero tras la pandemia me fui a Londres. Allí participé en la apertura de Lío London como segundo de cocina, y a través de esa experiencia me ofrecieron volver a mi tierra para liderar el proyecto en Mallorca. No me lo pensé dos veces.
¿Cómo fue el proceso de adaptación del concepto de Lío a Mallorca?
Lío venía de Ibiza con una identidad muy marcada, y aunque compartimos ADN, Mallorca tiene su propio ritmo y tipo de cliente. En estos tres años hemos ido ajustando la propuesta, adaptándonos al turismo local y a un público más diverso. Cada temporada es una evolución.

Paccheris caccio e pepe y carabinero
¿Qué define la propuesta gastronómica de Lío Mallorca?
Trabajamos una cocina mediterránea de producto, con mucha atención a la calidad. Nuestro ticket medio es elevado, así que la exigencia también lo es. Esta temporada hemos dado un paso más: unificamos el 70% de la carta con los otros Líos (Ibiza y Míkonos), lo que permite que un cliente reconozca la experiencia Lío, esté donde esté. El 30% restante queda abierto a sugerencias del chef, al producto local y a la temporalidad.
¿Cómo influye el espectáculo en la cocina?
Muchísimo. A diferencia de un restaurante tradicional, aquí la estrella no es solo la comida: es el show. Nosotros acompañamos, somos parte del guion. Esto nos obliga a equilibrar estética, sabor y tiempos. Hay que servir rápido, mantener temperaturas perfectas y sorprender, sin robar protagonismo al escenario.
¿Y cómo se consigue ese equilibrio?
Con mucha coordinación. Imagina servir a 250 personas en una hora y media, mientras hay acrobacias, luces, música… No es fácil, pero ese caos organizado es parte de la magia. El cliente no solo debe comer bien, debe vivir una experiencia completa. Cuando prueba un plato y piensa “aquí también hay un gran restaurante”, hemos hecho bien nuestro trabajo.

Tartar gamba roja
¿Se refleja el espectáculo también en los platos?
Por supuesto. Usamos bengalas, humo, sprays aromáticos, láminas de oro... Los platos tienen que ser muy “chic” para sorprender al cliente. Hemos incorporado incluso una ensaladera de mariscos que se sirve con champán y show incluido. Cada detalle cuenta.
Llevas muchos años trabajando con Andreu Genestra. ¿Cómo es vuestra relación?
Para mí, Andreu es más que un colega, es un amigo. Llevamos más de 16 años trabajando juntos, desde que conseguimos una estrella Michelin en Son Jaumell. Ahora, como chef ejecutivo del grupo, ha sabido dar un giro gastronómico a la propuesta sin perder la esencia de Lío: “celebrar la vida”.
¿Qué novedades trae esta temporada?
La gran novedad es la carta unificada, pero también hemos lanzado una nueva fiesta temática: “Nostalgia”. Se celebrará los viernes y es exclusiva de Lío Mallorca. Una noche inspirada en los años 80, con música que conecta generaciones y, como siempre, con una puesta en escena espectacular.

Espectáculo
¿Qué es lo más difícil de tu trabajo?
Mantener el nivel cada noche. No hay margen para el error. Trabajamos con artistas que lo dan todo en cada función, y nosotros debemos estar a la altura en cocina, en servicio, en tiempos. La clave está en disfrutar del proceso y trabajar como un reloj suizo.
¿Y lo más gratificante?
Ver a la gente feliz. Saber que han comido bien, que han vivido algo único, y que volverán. Eso lo compensa todo.






