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Sol Post. Producto, producto y producto

Sol Post. Producto, producto y producto

Joan Costa © ffmag

En un entorno natural privilegiado encontramos el restaurante Sol Post. Como si de una auténtica atalaya frente al mar se tratara, el restaurante ocupa la terraza del hotel Cala Saona, dando una bienvenida de ensueño a sus clientes, que tendrán la oportunidad de disfrutar de su exquisita gastronomía, mientras contemplan una de las mejores panorámicas de Formentera. Al frente de este local, los jovencísimos Joan Costa (propietario), Mauro Rivas y Armand Vidal (head chefs) han creado una propuesta que fusiona la gastronomía mediterránea y latinoamericana, empleando las mejores materias primas locales.

Joan Costa creció en las entrañas del sector hostelero. Solo tenía 15 años cuando empezó a trabajar como camarero, aunque no tardó en darse cuenta de que lo suyo era la cocina. Tras estudiar en la escuela Hofmann de Barcelona y aprender junto a chefs de la talla de Ángel León, hoy regenta el restaurante de su familia, Sol Post, donde, cada año, se propone subir el nivel de su propuesta gastronómica. Sin pretensiones y pasito a pasito, asegura que “se trata de un proyecto a largo plazo, algo mucho más ambicioso que el simple hecho de hacer la temporada”. “Queremos consolidar un equipo fuerte y posicionarnos en el mapa gastronómico de Formentera. Me gustaría que, cuando alguien piense en un restaurante de fine dining en la isla, nos situemos entre sus primeras opciones”, explica Costa. “No hablo de aparecer en guías gastronómicas ni de menciones, solo queremos posicionarnos a corto plazo y, a largo plazo, lo que venga. Nuestra única pretensión es hacerlo lo mejor que podamos y que sea un proyecto con el que disfrutemos nosotros”, matiza. Costa afirma que la idea en Sol Post es “crear un ambiente realmente agradable para que el comensal venga no solo a comer, sino a vivir una experiencia”. 

Queremos consolidar un equipo fuerte y posicionarnos en el mapa gastronómico de Formentera

 

Juventud, divino tesoro  

Tras el “parón” provocado por la pandemia, Joan se vio, al igual que otros muchos hosteleros de la isla, ante el grave problema de la escasez de profesionales para trabajar en su restaurante. Le tocó “tirar de contactos”. Llamó a antiguos compañeros y dio con Clara Campoamor, actualmente jefa de pastelería de Sol Post, quien le puso en contacto con Mauro Rivas. Este se unió al proyecto, junto a Armand Vidal y su hermano, Arnau. Entre todos, han formado un joven equipo en el que destacan las ganas de demostrar todo lo que juntos pueden hacer.

Arroz negro con calamares

Arroz negro con calamares © Luana Failla

Mauro Rivas, nacido en El Salvador, se formó en Estados Unidos y completó sus estudios en Suiza. Tras hacer sus primeras prácticas en un hotel, se dio cuenta de que lo suyo era la alta gastronomía. Mauro pasó por algunos restaurantes de alta cocina, como Alma, Lisboa, (dos estrellas) Niño Viejo, Hoja Santa, Mont Bar y Cinc Sentits, donde trabajó como head chef y conoció a Armand. 

“Al principio la relación entre los dos era complicada”, dice Armand. Teníamos cero conexión y no sabíamos trabajar el uno con el otro. Hasta que vimos un punto de conexión: él me ayudó a cambiar lo que él veía mal en mí, y viceversa. Él supo explotar mis aptitudes y habilidades y creo que yo supe conducirlo sobre cómo guiar al equipo para sacar lo mejor de cada uno”, explica. Y ese punto de unión les ha llevado ahora a dirigir juntos los fogones de Sol Post. 

A diferencia de Mauro, Armand ha crecido en la cocina del restaurante de su familia. Su escuela fue trabajar desde niño allí (sirviendo cafés, haciendo churros con chocolate...) hasta que se pasó a la cocina. Esta experiencia le permitió comprender desde muy joven lo que es un negocio a gran escala. Junto a su padre, tuvo la oportunidad de viajar, ya que juntos abrieron un restaurante en Portland (Estados Unidos). A los veinte años se propuso empezar a sumar experiencia laboral fuera del negocio familiar. Hizo prácticas en restaurantes con estrella Michelin (Como El Tinars o Coque) y allí empezó a aprender cómo funciona el mundo de la alta cocina. Junto a su hermano Arnau, tuvo la oportunidad de trabajar en Madrid con Ramón Freixa. Tras toda esa experiencia, regresó al negocio de su familia para darle “un cambio de aires” y, más tarde, se incorporó al equipo de Cinco Sentits, experiencia que le conduciría directamente hasta Formentera.

Comida restaurante Sol Post

 © Luana Failla

 

Tradición, devoción y vanguardia

Arroces, pescados, mariscos... Las recetas de Sol Post se basan en la tradición culinaria de la isla y beben de la experiencia de Armand y Mauro por el mundo. Destacan los sabores latinoamericanos: pequeños toques que hacen que un plato de toda la vida cobre un sentido radicalmente distinto. “Buscamos llevar a la mesa platos de siempre, pero nuestro objetivo es que el cliente sienta que nunca antes los ha comido”. Así son los entrantes de Sol Post: atrevidos, llenos de sabor y rock & roll. “En los segundos intentamos no dar tantas vueltas al producto: los arroces son como se han hecho siempre: respetando los tiempos, los fondos... y, además de buenos, buscamos cuidar mucho la presentación”, explica Armand. 

“Yo nunca había tocado tanto producto como aquí”, dice Mauro. “El cliente viene a Formentera buscando producto: bogavante, cigalas, caviar... en este punto, contamos mucho con la ayuda de Joan, que nos orienta porque él conoce bien lo que busca la gente aquí. Y buscan producto, producto y producto. La gente no quiere comer un menú de 20 pasos donde no hay bogavante o langosta y nosotros, ante todo, buscamos respetar eso, añadiendo a la carta nuestro toque personal”, asegura. 

El cliente viene a Formentera buscando producto

Además del restaurante, donde el servicio es más depurado y el cliente viene a vivir una auténtica experiencia gastronómica, Sol Post cuenta con una zona chill out, donde se puede disfrutar del momento de la puesta de sol, tomar un cóctel y unos aperitivos. Aquí la propuesta es más divertida, tipo finger food, aunque Mauro matiza que siempre buscan la máxima calidad. “Tanto en la zona del chill out como en el restaurante. Si hacemos una hamburguesa, queremos que sea la mejor hamburguesa, con una carne de calidad, salsa casera... Para nosotros es igual de importante el gastronómico que la zona del sunset. Lo que buscamos es hacer las cosas bien y sin prisa. Ver hasta dónde somos capaces. No tenemos pretensiones, aunque nos encantaría que, además del turismo, viniera la gente de la isla a conocer nuestra cocina”, indica Armand.

Restaurante Sol Post, Formentera

Sol Post © Luana Failla

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