
Marco Schiralli
Un espeto chisporrotea al ritmo pausado del mar. En la mesa, el vino blanco empieza a sudar. Más allá, una pareja ríe en voz baja desde una mesa que parece suspendida entre el mar y el horizonte. No hay prisa, no hay ruido. Solo esa sensación de estar exactamente donde uno querría estar. Eso es Gecko Beach Club: no un lugar, sino un estado. De calma. De elegancia sin exceso. De autenticidad. Y, detrás de todo eso, la mirada afinada de Marco Schiralli, director general de Gecko Formentera.
“Gecko es un oasis”, lo define él. Y no es una licencia poética. A pie de la playa de Migjorn, Gecko se presenta como un refugio donde cuerpo y mente se alinean con el ritmo natural de la isla. Desde clases de yoga y SUP yoga hasta deportes acuáticos, la experiencia comienza en el movimiento consciente y se prolonga en cada gesto de hospitalidad. Gecko es descanso activo, contacto con el entorno y una hospitalidad que no se fuerza, simplemente fluye.
Arroz negro
La gastronomía, como siempre, ocupa un papel protagonista. La cocina sigue una línea mediterránea, tradicional, pero con una identidad marcada por el producto fresco y local. “Intentamos tener la mayoría del producto de las islas, con un enfoque claro en el pescado de Formentera”, cuenta Marco. Y ese compromiso se materializa, sobre todo, en una propuesta que ha conquistado a todos: los espetos de pescado. Disponibles de martes a sábado por la noche, permiten al cliente elegir la pieza directamente y ver cómo se cocina al fuego, con la ceremonia que requiere una buena brasa. Se paga por kilo, se acompaña con guarniciones, y se sirve limpio y en su punto, directo a la mesa.
La carta líquida no se queda atrás. La selección de vinos hace un guiño especial al producto balear, sin renunciar a etiquetas de peso como Vega Sicilia. Pero hay intención en acercar al comensal al carácter enológico del archipiélago, en especial al de Ibiza y Formentera, con sus producciones pequeñas y sabores singulares. “Nuestro cliente busca esa identidad local y nosotros queremos que descubra lo que ofrecen las islas”, afirma Schiralli.
Espetos
Gecko también late con otra pulsión: la de los momentos memorables. Sigue siendo uno de los enclaves más demandados para celebrar bodas exclusivas, gracias a sus jardines y espacios verdes perfectamente integrados en el paisaje. Pero hay más. Este año, Marco destaca una experiencia íntima que está ganando fuerza: cenas románticas fuera del restaurante, con una mesa en una zona de arena bajo un pino, con iluminación suave, música, y un camarero dedicado. “Están ayudando mucho a las pedidas de mano”, comenta. Y es fácil imaginar por qué. Formentera, cuando se conjuga bien, no necesita grandes excesos.
Gecko es descanso activo, contacto con el entorno y una hospitalidad que no se fuerza, simplemente fluye
Por su parte, Gecko Beach Club tiene vida propia. Funciona desde las 11:00 hasta las 20:00, con una carta exclusiva de snacks y platos ligeros pensados para acompañar la jornada de playa sin robarle protagonismo al mar. En ese menú más informal, uno de los hits inesperados ha sido el pepito de solomillo. “Estamos sorprendidos por la acogida que ha tenido ese plato”, revela Marco, satisfecho con el equilibrio alcanzado entre sofisticación y sencillez.
Cóctel Zesty y fruity mocktail
El restaurante principal opera en dos turnos: comidas de 13:00 a 16:00 y cenas de 20:00 a 23:00. Y para quienes alargan la velada, el bar permanece abierto hasta pasada la medianoche. Porque Gecko entiende que el placer tiene sus propios horarios, y conviene respetarlos.
Todo, desde la distribución de las mesas hasta la coctelería pensada para cada momento del día, responde a una misma filosofía: facilitar la conexión del visitante con la isla. Sin ruido, sin distracciones innecesarias, sin postureo. Solo Formentera en estado puro. Marco lo resume con sencillez: “No queremos crecer por crecer. Queremos profundizar. Ser cada vez más fieles a lo que somos". Y eso es, precisamente, lo que convierte a Gecko Formentera en una experiencia que no se olvida al hacer la maleta de vuelta a casa.