Natalia
casanatalia lleva su nombre, pero, hasta ahora, pocas veces habíamos escuchado su voz. Siempre ha estado ahí, entre flores, mesas, equipos y veladas largas, haciendo de este restaurante en Sant Ferran algo más que un proyecto gastronómico. Natalia Juan es la anfitriona, la cuidadora, el centro invisible que da sentido a este espacio íntimo que comparte con Carles Abellán, su pareja y cocreador.
Lo que empezó como una tesis vital –una idea en plena pandemia mientras la pareja se refugiaba en Formentera– se ha convertido en un restaurante con alma. “Formentera era mi lugar de desconexión, no quería que se convirtiera en un sitio de trabajo”, recuerda Natalia. “Le dije a Carles que solo lo haría si abríamos por las noches y en un pueblo, para poder seguir disfrutando de la isla durante el día”.
Ese equilibrio entre vida personal y profesional marcó el inicio de casanatalia y, hoy, sigue siendo su núcleo. El primer año abrieron bajo el paraguas de Tapas 24, un concepto ya consolidado de Carles Abellán. Pero pronto entendieron que ese ritmo urbano no encajaba con el espíritu de Formentera. “La gente se sentaba, cenaba con calma, se quedaban horas disfrutando. No tenía sentido seguir con ese formato”.
Ensaladilla de cangrejo real
Fue Carles quien decidió entonces que el restaurante se llamaría casanatalia. “Yo no quería”, admite ella con una sonrisa. “Pero me dijo: tú estás ahí, eres el alma de la casa. Eres la maestresa, como decimos en Cataluña. La que está pendiente de los clientes, del equipo, la que cuida”.
Y es verdad. Natalia es hospitalidad, atención, calidez. “Solo pretendemos que la gente esté a gusto, que se sienta como en casa. En el restaurante hay muchas flores, un ambiente muy cuidado, mucha honestidad en lo que hacemos. Lo que ves es lo que hay”.
Aunque ponga casanatalia en la puerta, todo esto funciona por las personas que están dentro
casanatalia se vive como un hogar con una comida sincera y bien pensada. “Tenemos platos que son firma de Carles, como el bikini o la ensaladilla rusa de gambas al ajillo, que son puro Tapas 24. Pero también hay platos de cuchara, guisos, recetas de siempre con un toque personal, como la raya con mantequilla negra y lima, la lasaña de espinagada, o unas albóndigas que la gente adora”. También apuestan por el producto local: “una ensalada payesa reinterpretada, una tortilla abierta con alcachofas, gambas y ceps...”.
El restaurante ha evolucionado cada año sin perder su esencia: familiar, cercano, sin pretensiones. “Nuestra carta de vinos es de las mejores de la isla. Y aun así, seguimos siendo honestos con los precios. Queremos que todo tenga sentido, que lo que comes y pagas esté en equilibrio”.
Atún rojo
“Somos muy buen equipo”, dice Natalia cuando se le pregunta por su papel y el de Carles “Cada uno sabe cuál es su lugar. Nos respetamos mucho en lo personal y en lo profesional. Esa es la clave”. Y ese equilibrio se nota. casanatalia funciona como una extensión natural de sus creadores.
Pero Natalia insiste en algo: esto no sería posible sin nuestro equipo. “Aunque ponga casanatalia en la puerta, todo esto funciona por las personas que están dentro. Sin Pepe López, nuestro encargado, y Guido, el jefe de cocina, no sería lo mismo. Somos una pequeña familia”.
Hoy, Natalia y Carles viven entre Barcelona y Formentera. “La isla nos ha acogido muy bien. Nos sentimos parte del pueblo. Cada año intentamos hacerlo un poco mejor, estar más conectados con Formentera, con la comunidad”. Y lo están. casanatalia es un restaurante, sí, pero es también un lugar donde celebrar la vida lenta, la cocina con raíces, el tiempo compartido.
casanatalia es el reflejo de una forma de hacer las cosas sin necesidad de hacer mucho ruido. Porque Natalia Juan y Carles Abellán eligen el silencio amable del trabajo bien hecho, la dedicación diaria, el cariño, la honestidad y el respeto. Y Natalia Juan es quien le da nombre, presencia y sentido a este proyecto.
Natalia y Carles
