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UM Beach Club Ibiza, con los pies en la arena

UM Beach Club Ibiza, con los pies en la arena

© ffmag

Hay lugares donde el suelo quema y otros donde invita a quedarse. En UM Beach House Ibiza la arena no es un decorado, es el escenario. Se cuela entre los dedos de los pies mientras llega el primer plato, acaricia los tobillos cuando se descorcha el vino. Todo sucede al ras del suelo y con los sentidos en alza. No hay protocolo más allá del vaivén del mar y del único río de Baleares, que aquí desemboca como si supiera que ha llegado al sitio correcto.

Santa Eulalia del Río no ha sido elegida al azar. Lejos del bullicio de otras zonas de la isla, este enclave ofrece una calma luminosa, bañada por reflejos del agua dulce y salada. UM Beach House no impone, se integra. Su diseño se mimetiza con el entorno: madera lavada por el sol, tejidos naturales, una paleta de verdes que imita las hojas que asoman por todos los rincones.

Lomo de corvina a la brasa. UM Beach Club Ibiza

Corvina a la brasa © UM

Y mientras el cuerpo se acomoda en la arena, la cocina comienza su propio desfile. La propuesta gastronómica de UM Beach Club Ibiza es mediterránea con acento ibicenco. Producto local, proximidad, respeto por la temporalidad. La carta está protagonizada por carnes maduradas, pescados del día, ensaladas frescas, pastas bien pensadas y, como joya, los arroces. La cocina de UM no pretende deslumbrar con fuegos artificiales, sino con sabores que encuentran su sitio exacto entre el mar y la tierra. Mariscos con su propio vivero, guiños al producto que se sirve como quien comparte un secreto: aquí todo es de verdad.

La experiencia arranca temprano en UM Beach House: a las 11 de la mañana, cuando las hamacas frente al mar reciben a los primeros visitantes. A partir de ahí, el ritmo lo marca el sol. La jornada fluye sin urgencias: del relax en la playa a una comida sin prisas bajo pérgolas vegetales, del tardeo con música afro house al susurro de las cenas a la luz de la luna. Esa luna que en Santa Eulalia del Río parece más grande, más redonda, más cinematográfica.

El ambiente cambia con las horas. Hay una intención clara de alejarse de los clichés de fiesta desmedida y ruido gratuito. En UM se celebra el disfrute, sí, pero desde la calma y el detalle. La música acompaña sin invadir. El servicio sugiere sin interrumpir. Todo tiene algo de natural, de espontáneo, de coreografía sutil entre mar, arena, sabores y buena compañía.

Solomillo de ternera. UM Beach CLub Ibiza

Solomillo de ternera © UM

La arena, omnipresente, transforma incluso la forma de relacionarse con el espacio. No hay suelos duros ni límites rígidos: aquí se come descalzo, se brinda al borde del agua, se celebra sobre un terreno que invita a soltarse. Quizá por eso es un lugar especialmente atractivo para eventos privados. Bodas, aniversarios, celebraciones corporativas con alma. El equipo lo tiene claro: cada evento es único y se adapta con propuestas a medida, desde cócteles informales hasta cenas exclusivas con menú personalizado. El espacio lo permite: entre 100 y 600 personas pueden reunirse aquí sin perder esa sensación de intimidad al aire libre.

Detrás del concepto está el grupo Umami, que ya había dejado huella en Mallorca antes de aterrizar en Ibiza. Con UM Beach House, la apuesta es clara: construir un refugio elegante sin perder el desenfado que caracteriza a la isla. Según Benjamin Henderson, director de marketing del grupo, “no queremos ser pretenciosos, sino naturales, orgánicos; imitamos lo que nos rodea”. Y se nota. El espacio acompaña al paisaje sin competir con él. Comer aquí es una experiencia que involucra todos los sentidos. Y también una forma de recordar que, a veces, el lujo comienza cuando uno decide quitarse los zapatos.

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