No hay turista que se marche de la isla sin probar las famosas hierbas ibicencas, ni ibicenco que se resista a acompañar sus sobremesas con ellas. Hablar de hierbas ibicencas es hablar de la Familia Marí Mayans, que desde hace cinco generaciones se dedica a la producción de licores tradicionales como la frígola, el palo, las hierbas ibicencas y una variedad de absenta a la que hace tres años se unió la IBZ Ginebra Premium, cuya receta tiene más de 80 años de antigüedad.
Bartolomé y Carlos Marí Mayans regentan la empresa que su tatarabuelo creó a finales del siglo XIX en la isla de Formentera. Y, aunque ahora son muchos los que asocian su apellido a las hierbas ibicencas, lo cierto es que todo comenzó con la frígola “porque la casa de su inventor estaba rodeada de esta planta y de naranjos” y continuó más tarde con el palo. No fue hasta la década de los 70 cuando estalló realmente el ‘boom’ de las hierbas ibicencas. En la actualidad, Familia Marí Mayans cuenta con el 90 por ciento del mercado de los distintos tipos de licores tradicionales de la isla y recolecta, destila, macera y embotella el 100% de su producto en Ibiza.
La aventura comenzó en el año 1880. Juan Marí Mayans era un comerciante afincado en Formentera que tenía un pequeño llaüt, con el que en ocasiones viajaba a Barcelona para abastecer a sus vecinos de productos básicos como el hilo de coser, agujas o conservas. En uno de sus viajes encontró trabajo en una destilería de Barcelona. Allí conoció los secretos de los alambiques y todo lo necesario para comenzar a destilar sus propios licores. Como buen conocedor de plantas aromáticas que era, pronto empezó a experimentar elaborando diferentes brebajes que vendía recorriendo las casas de sus vecinos. Por aquel entonces, Juan ejercía de “boticario” recetando infusiones y jarabes para aliviar diferentes tipos de dolencias. Sus famosas recetas de la frígola o de las hierbas ibicencas fueron creadas como “jarabe” digestivo. Tras varios años de pruebas y ensayos, Juan Marí Mayans puso en marcha la primera destilería de la isla de Formentera, en la que comenzó elaborando producciones de ocho litros que posteriormente él mismo repartía. No tardó en trasladarse a Ibiza, donde pudo ver crecer su negocio. “Nos encanta decir que todo comenzó en Formentera y que por eso estamos también muy ligados a la isla. De hecho, tenemos varios proyectos en mente relacionados con Formentera”, explican Bartolomé y Carlos Marí Mayans.
Juan Marí Mayans puso en marcha la primera destilería de Formentera, en la que comenzó elaborando producciones de ocho litros
De los ocho litros de las producciones iniciales, 140 años más tarde, Familia Marí Mayans ha pasado a elaborar alrededor de 500.000 litros de hierbas ibicencas anuales. “Nada de esto habría sido posible sin la cuidadosa colección de fórmulas y recetas que nuestra familia conserva desde la época en la que comenzó en 1880, y sin el estudio intensivo de los efectos y beneficios de las plantas aromáticas de la isla que llevaron a cabo nuestros antepasados”, aseguran Bartolomé y Carlos. Poco han cambiado las fórmulas de sus licores desde entonces. “Conservamos la tradición y la artesanía. Hemos añadido medios tecnológicos y técnicos que antes no había y ahora tenemos un departamento de calidad brutal. Hay que tener en cuenta que antes se medía todo ‘a ojo’. Respetamos la fórmula final a rajatabla, solo hemos corregido el grado de alcohol y los niveles de azúcar, pero si ves las fórmulas que se crearon hasta llegar a la definitiva, alucinas. Probaban con todo tipo de ingredientes, ¡hasta hay una fórmula que incluye espinacas!”, asevera Bartolomé Marí Mayans. Y es que, añade, “para que salga un destilado bueno, no solo hay que mezclar alcohol, agua y plantas. Has de saber qué cantidad de cada ingrediente añadir con exactitud. Es complicado, pero todo esto lo estudiaron muy bien nuestros antepasados y nosotros lo respetamos al 100%. Ha habido mucha prueba y error antes de nosotros y estamos muy orgullosos de eso”. Afortunadamente, algunas cosas sí han evolucionado, como, por ejemplo, que en la actualidad cuentan con gas centralizado para tener fuego con el que fundir el azúcar y destilar. “Hace 70 años nuestros abuelos lo hacían con leña y un palo para remover”, explican.
Nada de esto habría sido posible sin la cuidadosa colección de fórmulas y recetas que nuestra familia conserva desde que comenzó en 1880
Los hermanos Marí Mayans afirman que hoy en día trabajan muy duro: “las noches embotellando y destilando con nuestro ‘MacPollo’ no nos las ha quitado nadie” –bromean-, pero reconocen el valor de lo que sus antepasados lograron, “ellos se partieron la cabeza para que nosotros estemos donde estamos hoy”. El sabor de nuestras hierbas ibicencas es muy diferente a otras marcas, porque producimos de un modo totalmente distinto. Trabajamos cada planta por separado atendiendo a su grado alcohólico, teniendo en cuenta si hay que macerarlas, destilarlas infusionarlas o llevarlas a ebullición… No edulcoramos con sacarinas ni glucosas, hacemos un almíbar tipo cocina, partiendo de agua en frío y azúcar, y eso es lo que aporta la densidad y el brillo tan característicos” resumen Carlos y Bartolomé Marí Mayans.
La marca Familia Marí Mayans arrastra consigo la historia y evolución de la isla de Ibiza. Desde sus inicios fabricando digestivos para los locales, ha llegado a seducir a los paladares de jóvenes de todo el mundo y sus hierbas ibicencas se han convertido, no solo en un icono de la isla, sino también en un licor imprescindible en muchos de los clubes y discotecas más famosos del mundo. Algunos de los mejores DJ’s del planeta se han quedado prendados de este licor, y esto les ha llevado a exportar la marca a Estados Unidos y a otros países como Alemania, Italia, Suiza, Holanda y Reino Unido. Aunque, como explica Carlos Marí Mayans, “tal es el arraigo que sienten los ibicencos por este licor, y la cantidad de botellas que consumen los turistas que visitan Ibiza, que un 80% de la producción se queda en la isla”. Y pese a que reconocen estar muy agradecidos a la expansión que su marca ha experimentado gracias a la música electrónica y al ocio nocturno, no olvidan sus raíces y manifiestan su deseo de que su nombre continúe muy vinculado a la tradición gastronómica ibicenca. Su marca forma parte de la lista de productos con Indicación Geográfica Protegida de la isla. El auténtico sabor de Ibiza tiene nombre desde hace más de un siglo y su receta es el tesoro más preciado de la familia Marí Mayans, porque con ello logran que la magia de la isla se cuele en tu copa.