La historia de Juan Pardalet y María Consuelo es la de un matrimonio que no ha parado nunca de luchar para sacar adelante a su familia. Toda una vida trabajando tiene sus recompensas: la suya es la satisfacción diaria de sus clientes y por supuesto, la de tener hoy a sus hijos al frente del negocio familiar. Pescados Consuelo y Pardalet está ubicada en Santa Eulalia del Río y se dedica a la venta de pescados frescos, congelados y mariscos vivos. Lo que empezó con una pequeña pescadería hace unos 30 años, ha evolucionado hasta la reciente adquisición de una nave industrial de 500 metros para la venta al por mayor. Antes de comenzar con esta aventura, Juan Pardalet había trabajado desde los 12 años en el sector de la hostelería en Ibiza, Palma, Madrid y Tánger, como chef y gerente, un bagaje profesional que le ha proporcionado una amplia visión de las necesidades de sus clientes.
¿Cómo y cuándo nació Pescados Consuelo y Pardalet?
Consuelo y Pardalet nace hace aproximadamente 30 años. Nosotros trabajábamos en una empresa, yo era socio y como estábamos necesitados de dinero, propusimos que nos alquilasen la pescadería del mercado. Nos la alquilaron y cogimos los puestos del mercado, incluida la carnicería. Cuando nos pusimos a trabajar en la pescadería yo no tenía ni idea del negocio, pero como había trabajado como cocinero muchos años, conocía a muchos otros cocineros y propietarios de restaurantes. Trabajamos mucho y crecimos poco a poco. Cuando empezamos éramos solo mi mujer, Consuelo, y yo, y con nosotros trabajaba un muchacho que estuvo unos cuatro o cinco años. Después empezó mi hijo Juan José, y él ya lleva unos ocho o diez años en la empresa.
¿Cómo es la relación padre – hijos dentro y fuera del trabajo?
Yo tengo un carácter muy diferente dentro y fuera del trabajo: dentro soy una persona muy seria, dura, trabajadora, me gustan las cosas bien hechas, me gusta ser cumplidor… En el terreno personal soy muy amigo de mis amigos, servicial con ellos, y en mi casa me olvido del trabajo y atiendo a mi familia. Me encanta el fútbol (de joven jugaba). Mi mujer me dice que ojalá fuera en el trabajo como en casa, pero cada uno es como es. Lo llevamos lo mejor posible.
¿Cómo ha influido la introducción de tus hijos en el negocio?
Lo cierto es que ellos no tenían mucha idea de pescadería ni de cocina. Empezaron con el pescado para ayudar a su padre, porque veían que luchaba y necesitaba ayuda. Esto para mí también era bonito porque, por ejemplo, si les hacía falta comprarse un coche, se lo podían comprar porque en casa entraba dinero y teníamos cierta armonía. Ellos también son emprendedores y creo que les ha gustado ver cómo su padre estaba al frente de un tinglado bastante grande.
Mis hijos también son emprendedores y creo que les ha gustado ver cómo su padre estaba al frente de un tinglado bastante grande
¿Qué misión tiene cada uno dentro de la empresa?
Dentro de la empresa ellos son socios y tienen que hacer de todo, saber de todo, verlo todo, dirigirlo todo, comer lo bueno y lo malo. Tener mucho tacto con el personal, con los proveedores ser muy serios y responsables, ser cumplidores… Es un cómputo de varias cosas.
¿Qué dificultades conlleva servir pescado y marisco vivo?
La dificultad del marisco vivo es que llega vivo el 90% de las veces, y hay que tener buenas instalaciones para la recuperación de la langosta, el bogavante, la cigala real… Si no, hay mucha mortalidad.
¿Con qué porcentaje de producto nacional e internacional trabajáis?
El internacional representa aproximadamente un 30%, pero principalmente es pesca del día: compramos mucho rape de Francia, también hay mucha materia prima de Túnez (mero, dentón, cabracho, gallo). En Algeciras tenemos un representante que compra en Tánger, Senegal o Mauritania. Por supuesto, también compramos en Galicia productos como rape, almejas, ostras, mero, lubina salvaje y rodaballo. Tenemos un comprador en Barcelona y nos llega la materia prima por avión tres veces por semana, para poder abastecer a los restaurantes con los que trabajamos.
¿Hay escasez de pescado en la isla?
Hay fechas en las que sí hay escasez de pescado. El producto local es una minoría. Son solo las barcas de arrastre las que pescan (a veces) muchos calamares, gerret, gallo, pescadilla… Pero no es el tipo de pescado que demandan los restaurantes de Ibiza. Este invierno hemos tenido muy mal tiempo y los pescadores han salido a faenar poco, por lo que hemos tenido mucha escasez. Es cierto que en la isla hay escasez de pescado, pero en invierno también hay escasez de compradores.
En la isla hay escasez de pescado, pero en invierno también hay escasez de compradores
Cuando hablamos de producto ibicenco (como la gamba ibicenca) ¿hay suficiente para abastecer a los restaurantes de la isla?
No, para nutrir a los restaurantes habrá un 60%. Pero al final nos tenemos que suministrar del exterior: Barcelona, Galicia, Túnez…
Las nuevas instalaciones de Consuelo y Pardalet han supuesto una gran inversión. ¿Cómo afrontáis esta nueva etapa?
Con mucha ilusión, mucho trabajo, con suerte, y por supuesto, con la colaboración de los amigos y compañeros y con un gran esfuerzo de toda la familia.
¿Próximas metas?
Pagar la deuda al banco (se ríe).
En vuestra vida personal ¿os consideráis grandes consumidores de pescados y mariscos?
Nosotros comemos más pescados que carne. Principalmente porque nos gusta ir a probar el pescado de los restaurantes que son clientes nuestros: las parrilladas de pescado de Can Pujol, los bullit de peix del restaurante Balansat, las salmorras de La Noria o el Pulpo, el restaurante Es Xarcu…
¿Es muy exigente el cliente de Ibiza?
Sí, es muy exigente porque son los jefes de cocina los que manipulan la materia prima. Y como todo pasa por su mano, si sale un pescado que no está en condiciones, no tardan en coger el teléfono y ponerte a parir. Con sus razones, por supuesto.
Nuestra clientela es exigente porque son los jefes de cocina los que manipulan la materia prima
¿Cómo manipuláis el producto y qué clases de elaboraciones hacéis?
Antes éramos minoristas, no teníamos registro sanitario y no podíamos manipular la materia prima. Hace ya tres años que tenemos nuestro registro sanitario, nuestro registro de importación, podemos congelar algunos artículos, como la sepia o la sirvia, ya que a veces hay gran abundancia en la isla. También congelamos a veces gamba de Ibiza. Además, hay restaurantes que nos piden que manipulemos el calamar para hacerlo a la andaluza, cortamos la sepia para fondos de paella, la envasamos al vacío…
30 años de trayectoria… ¿de qué os sentís más orgullosos?
Me siento orgulloso de todo. De la suerte, de los amigos, de la salud y de muchas cosas.
Me siento orgulloso de todo. De la suerte, de los amigos, de la salud y de muchas cosas
¿Qué le pides a la nueva generación de Pescados Consuelo y Pardalet?
Que tengan salud, suerte y, sobre todo, mucha paciencia.