DO Cariñena; el vino de las piedras
La DO Cariñena se encuentra enclavada en la provincia de Zaragoza, al Suroeste de la capital, muy cerca de la ruta que une Madrid y Barcelona, y que supone un verdadero nexo de Unión entre el País Vasco y Francia en el camino al Levante español, lo que convierte a esta localidad en un auténtico cruce de caminos. El ámbito geográfico de esta Denominación de Origen de Aragón abarca una docena de municipios y tiene una superficie de algo más de 17.000 HA de viña. Es esta una tierra dura, de climatología extrema, con inviernos muy fríos y veranos cortos y calurosos. Por si esto fuera poco, el “cierzo” (viento de componente Noroeste que sopla canalizado por el valle del Ebro) barre inmisericorde todo este territorio contribuyendo a secar aún más el ambiente. Los suelos son pedregosos, de una aridez casi absoluta, cuasi desérticos. Y sin embargo, pese a la escasez de precipitaciones son capaces de retener la humedad por largos períodos de tiempo. Y en este paraje, en el que se alternan colinas y llanuras y donde el guijarro es omnipresente es donde crece la viña, en un alarde de adaptación al medio. Dicen los expertos que quizá por ese motivo su uva sea más concentrada y goce de más sabor.
Un poco de Historia
El comienzo del cultivo de la vid y la producción de vino en la zona se halla en los pueblos de origen celta que poblaban la zona. Cuando El Imperio Romano desembarca en la Península Ibérica y consigue dominar, tras la caída de Numancia, el Noreste peninsular, Zaragoza se convierte en una importante plaza. Cariñena, por su proximidad a la capital y por los excelentes caldos que salen de sus viñas se convierte en el gran proveedor de vino de la floreciente urbe romana de Caesar Augusta. Con el dominio musulmán, a partir del s. VIII, se abandona en gran medida el cultivo de la vid. Con el regreso de los reinos cristianos se vuelve a retomar con fuerza la producción vinícola en la zona que ha sido ininterrumpida hasta nuestros días. Como anécdota, destacar que en 1558 el rey Felipe II pernoctó en la ciudad zaragozana de camino a Valencia y cuentan las crónicas que se le recibió con dos fuentes de vino de Cariñena. Una de tinto y otra de blanco. En conmemoración de este hecho todos los años en la Fiesta de la Vendimia, en septiembre, la fuente de la Mora de la localidad aragonesa mana vino por sus caños.
A finales del siglo XIX, al igual que otras zonas de Aragón, la comarca que hoy abarca la Denominación de Origen Protegida DOP Cariñena presenta una época dorada en lo que a producción de vino se refiere, como consecuencia del desastre que ocasionó la Filoxera en Francia que al diezmar la práctica totalidad de sus viñedos provocó que los productores y comerciantes de vinos franceses se volcaran en el campo aragonés al estar éste libre de la plaga americana.
El Campo de la Denominación de Origen Cariñena es una de las regiones vitivinícolas con más tradición y solera de España. En el año 1933 se recoge el listado de las regiones geográficas que el consumidor reconocía como Denominaciones de Origen (29) en el Estatuto del Vino. Cariñena es una de ellas y, por tanto, la Denominación de Origen más antigua de Aragón. Ya en ese mismo año se crea la Estación Enológica de Cariñena con el fin de modernizar los cultivos de la vid y la producción del vino, lo que se vio desgraciadamente frenado por el estallido de la Guerra Civil, al localizarse en la provincia de Zaragoza uno de los frentes más complicados de la contienda. No obstante, desde los años 80 el esfuerzo por modernizarse y aplicar las nuevas tecnologías de los productores locales ha sido encomiable, dando como fruto unas cosechas de una altísima calidad.
Las uvas y Los Vinos
En la DO. Cariñena, como en la vecina Calatayud, la Garnacha es una de las uvas más cultivadas y apreciadas por cuanto se trata de viñedos autóctonos. En Cariñena tienen, también, otra variedad icónica, a la que da nombre la propia ciudad: la uva Cariñena, o Mazuelo, que se llevó desde la localidad zaragozana a sitios tan lejanos como California, Argelia, Cerdeña y que en 1988 era la uva con más presencia en Francia (con cerca de 180.000 HA).
No obstante, además de estas dos variedades, el Consejo Regulador de la DOP permite el cultivo de Cabernet Sauvignon, Juan Ibáñez, Merlot, Monastrell, Syrah, Tempranillo y Vidadillo en lo que se refiere a uva tinta. En cuanto a variedades blancas, las admitidas en el pliego de condiciones de la DO son Chardonnay, Garnacha Blanca, Macabeo, Moscatel de Alejandría y Parellada.
En lo que se refiere a vinos, las bodegas de Cariñena elaboran tintos, rosados y blancos. Dentro de los mencionados tipos, el Consejo Regulador de la DO Cariñena, reconoce las siguientes variedades:
- Semisecos, semidulces y dulces.
- De licor.
- Naturalmente dulce.
- De aguja.
- Espumosos de calidad.
- De vendimia tardía.
Amén de las diferentes tipologías de vinos elaborados, las cualidades de éstos varían en función de las diferencias edafológicas (composición de los suelos) y micro climáticas de la zona, lo que redunda en un amplísimo abanico de vinos y calidades. Por otra parte, la Denominación clasifica los vinos de Cariñena en función del tiempo de envejecimiento en barricas de roble en Añejo, Noble, Roble, Crianza, Reserva y Gran Reserva.
Me gustaría destacar aquí, dos tipos de vinos que se elaboran bajo el amparo de la Denominación de Origen Cariñena y que tienen gran tradición en la zona. Por un lado, tenemos los vinos “Naturalmente Dulces”, que se elaboran con uva sobre madurada y cuyo contenido alcohólico, no inferior al 15% del vol., es adquirido por completo en el proceso de la fermentación. El segundo tipo de vino, es el de “Vendimia Tardía”, que se elabora con uva que se deja secar en la viña por lo que se ha deshidratado, al menos parcialmente, y su contenido en azúcares es muy elevado. Ésto da lugar a vinos muy dulces con una graduación alcohólica no inferior al 13%.
En la DO Cariñena podemos encontrar algunos de los mejores vinos de Aragón que han recibido un importante reconocimiento a nivel internacional, como el Care, de Bodegas Care Cariñena que se alzó con la Medalla de Oro en el Garnachas de Oro 2015 y con 91 puntos Peñín en su cosecha de 2016. O el Sierras del Viento de Bodegas San Valero Cariñena que obtuvo el Garn Bacchus de Oro 2015, el Zarcillo de Oro 2015, y 94 puntos en la Guía Peñín 2016.
Enoturismo en torono a la DO Cariñena
La comarca de la DO Cariñena, es una zona por la que han pasado celtas, íberos, romanos, musulmanes, franceses. Todos ellos han dejado una impronta artística y monumental impresionante por lo que el visitante podrá disfrutar de su rico patrimonio artístico gótico, mudéjar, renacentista y barroco. Como apunte, destacar las impresionantes torres mudéjares de las iglesias y los frescos de Francisco de Goya en la Ermita de la Torre de Muel.
El entorno natural de la DO Cariñena tiene tres zonas diferenciadas: las estribaciones del sistema Ibérico, al suroeste con suaves ondulaciones de terreno y que encuentra su altura máxima en la Sierra de Algairén (1.275 m); La llanura, con sus viñas perfectamente ordenadas en hiladas que dan la apariencia de una mar con sus olas; Y los paisajes modelados por el río Huerva en un intrincado sistema fluvial ciertamente bucólico. Existen numerosas rutas para practicar senderismo con total seguridad.
En lo que se refiere estrictamente al enoturismo la zona cuenta con una buena cantidad de bodegas con visitas guiadas y actividades de cata. En este sentido resulta de obligada visita la sede de la Bodega Tierra de Cubas por su impresionante arquitectura que se integra fantásticamente en el viñedo y la sede central de Bodegas Grandes Vinos y Viñedos de Cariñena, la mayor bodega de Aragón, que en su día fue un gran monasterio de estilo mudéjar aragonés y que se encuentra justo a la entrada de la ciudad. No olvidar visitar el Museo del Vino en la propia localidad de Cariñena en la que, por cierto, si acudimos en septiembre quizá coincidamos con la fiesta de la Vendimia y podamos gozar de su fuente del vino.