
Rodolphe Sachs y Diego Dechecco
Ibiza, el Mediterráneo y todos los encantos que posee la mágica Isla Blanca, se saborean con cada uno de los cinco sentidos en Sa Punta Ibiza, un espacio en cuyo eje se sitúa el cliente, que vivirá aquí una experiencia inolvidable. La gastronomía, el servicio, la música, la decoración, el ambiente y, por supuesto, unas privilegiadas vistas panorámicas al mar, el puerto y la ciudad de Ibiza, convierten a Sa Punta en un auténtico templo donde rendir culto al hedonismo.
Ubicado frente al mar, en el extremo de la bahía de Talamanca, Sa Punta se ha convertido en un lugar de visita obligada para quienes visitan Ibiza para gozar de la vida y de todos los pequeños obsequios que la isla brinda. Lo que nació hace catorce años como un restaurante mediterráneo frente al mar, se ha convertido en una completa experiencia que ofrece al comensal la posibilidad de sentir en su propia piel la verdadera esencia de Ibiza. Tres conceptos culinarios completamente diferentes y dos tiendas comparten espacio en Sa Punta Ibiza, logrando que el comensal disfrute de un auténtico viaje a través de diferentes culturas sin moverse de Ibiza. Abierto a medio día y por la noche, ‘Sa Punta restaurante’ propone una experiencia gourmet a través de una cocina mediterránea con toques internacionales, en la que el producto ‘kilómetro cero’ está muy presente.
‘Patchwork’ sorprende con un colorido ambiente, una inesperada panorámica frente al mar y una lograda cocina libanesa en formato ‘tapa’, ideal para acompañarla de sabrosos cócteles. Al ritmo de la música, y entre cóctel y cóctel, aquí la experiencia se prolonga –si el cliente lo desea- desde la puesta de sol, hasta bien entrada la madrugada. Este encantador rincón atrapa por completo al visitante, que se dejará llevar por el espíritu bohemio y chic de la isla. En el jardín de Sa Punta se ubica ‘Ginger’, un colorido restaurante – bar asiático, donde el comensal encontrará una cuidada variedad de sabores que recorren las herencias gastronómicas de países como Japón, China o Tailandia. Completan la experiencia ‘Kiara Shop’ y ‘Patchwork Design’, la primera es una boutique de ropa y accesorios y la segunda, una tienda de decoración y complementos. Ambas responden a la demanda de los propios clientes, que a menudo preguntan por la decoración e interiorismo de este espacio. “Así pueden llevarse un pedacito de Sa Punta a casa”, revela su propietario, Rodolphe Sachs.
El chef ejecutivo, Diego Dechecco, lleva 11 años al frente de los fogones de Sa Punta. La complicidad y el cariño entre el chef y Rodolphe son más que evidentes. Preguntamos a ambos qué es lo que más valoran del otro, y sorprendentemente, la respuesta es la misma: “Rodolphe nunca dice que no a nada, al contrario, me anima para que experimente y pruebe mil maneras diferentes de hacer las cosas. Tener a un jefe que nunca diga ‘no’ es una suerte”, admite el chef. Por su parte, Rodolphe Sachs cuenta que en Diego ha encontrado también a una persona que nunca da un ‘no’ por respuesta.
“Durante mucho tiempo ha existido una gran barrera entre cocina y sala, el cocinero se lavaba las manos delante del cliente. Yo tengo un chef que no duda en quitarse el delantal, que va al salón y da la cara ante cualquier problema: es una persona muy humilde. Él entiende perfectamente el otro lado del restaurante y hace que los camareros comprendan la parte de la cocina. Porque ellos también tienen que entender que ahí dentro trabajan a 45 grados, que se pueden cortar y que están de pie durante 9 horas, con mucho estrés”, afirma.
Durante mucho tiempo ha existido una gran barrera entre cocina y sala (…) Yo tengo un chef que no duda en quitarse el delantal, que va al salón y da la cara ante cualquier problema
“El amor al producto” es una de las cosas que más ha unido a Diego y a Rodolphe en todos estos años trabajando juntos. “Nos podemos quedar embobados frente a una pieza de atún 15 minutos, como dos tontos”, dice con una sonrisa el propietario de Sa Punta. “Nuestra línea de cocina es respetar la materia prima al 100%. Pensamos que menos es más y queremos que el cliente disfrute del producto, por eso buscamos la máxima calidad, un producto fresco que es tan bueno que no necesita demasiada manipulación” expone. Se nota que son auténticos apasionados de su profesión. “Salimos normalmente una vez al año a Londres, a París… Para entender lo que están esperando nuestros clientes, hay que salir de nuestro mundo e ir donde ellos van. No para copiar, sino para sentir nuestra profesión, que siempre está en constante cambio: es algo que cansa, pero a la vez es muy motivador. Por eso nuestra carta siempre evoluciona”, explica Rodolphe Sachs.
Para entender lo que están esperando nuestros clientes, hay que salir de nuestro mundo e ir donde ellos van
“Sa Punta es disfrutar”, indica Rodolphe, y matiza: “nuestra profesión es hacer que la gente disfrute, si no lo hacen es que hemos fallado, porque desde que les damos la bienvenida hasta el final, el cliente tiene que disfrutar de la comida, el ambiente, la decoración, el lugar, el servicio… Si llegas a Sa Punta, comes y te vas, está bien, pero te estás perdiendo una parte muy importante de lo que ofrece la isla. La ventaja que tenemos es que, además de poder ofrecer algo nuestro, estamos en un sitio maravilloso. Es importante que el cliente consiga disfrutar de todo lo que le ofrecemos aquí dentro, pero que no se olvide de mirar hacia fuera lo que la isla le ofrece. Yo llevo 15 años trabajando aquí y cada día, durante la puesta de sol, se me ponen los pelos de punta. La energía de la isla se transmite automáticamente a través de los colores, la gente, Dalt Vila, el mar azul, los pinos… En Sa Punta queremos que el cliente también lo sienta.”
Es importante que el cliente consiga disfrutar de todo lo que le ofrecemos aquí dentro, pero que no se olvide de mirar hacia fuera lo que la isla le ofrece