Can Truy, un espectacular restaurante enclavado en las caballerizas de una hacienda payesa de casi cuatro siglos de antigüedad.
A buen seguro, será una de las novedades más sonadas del panorama gastronómico ibicenco. Se trata de Can Truy, un precioso restaurante enclavado en una finca de 100.000 metros cuadrados con más de tres siglos de historia y que pertenece a la familia Thomson Hayes, pioneros de la hostelería pitiusa desde que a mediados de los sesenta se quedaran prendados de nuestra isla y decidieran hacer de ella su hogar.
Alex, tercera generación de los Thomson Hayes en Ibiza, es el encargado de dar forma a esta nueva aventura. Es un joven de 22 años que irradia energía, optimismo y vitalidad. Con su sonrisa perenne nos cuenta cómo sus abuelos se establecieron en Ibiza, o cómo sus padres, neozelandés él y británica ella, pusieron en marcha un negocio de celebración de bodas, banquetes y eventos muchos años atrás en esta misma finca.
Se le iluminan los ojos cuando nos habla del objetivo de Can Truy. “Lo que queremos es que al entrar por la puerta os sintáis como si estáis en casa, como si fuerais de la familia”- y añade - “[...]con una atención, un servicio de alto nivel, fusionando gastronomía del pasado y del presente y a un precio accesible, que te permita volver una semana tras otra a visitarnos”. Esta es toda una declaración de intenciones que demuestra la apuesta inequívoca de la familia por poner el foco no sólo en la población vacacional sino en el propio cliente local. Es por esto por lo que han decidido mantener abierto el negocio durante todo el año y reforzar su oferta de celebración de eventos sociales y banquetes.
Can Truy es una propiedad que cuenta con casi cuatro siglos de antigüedad. Y, como dice Alex, “está como estaba, con sus muros anchos y blancos...”. El restaurante se emplaza en lo que eran los antiguos corrales de los animales. Está rodeado de frutales (cerezos, naranjos, albaricoques). Además cuenta con una terraza en un jardín idílico, donde el verde de la hierba resalta con el ocre de la tierra y el blanco de los muros de las construcciones payesas. Al oscurecer, la iluminación justa, las velas ayudan a incrementar el romanticismo de un lugar único en la isla.
En cuanto a la carta, Alex es tajante cuando afirma que “van a trabajar con un 95% de producto local”. De hecho, asegura que el restaurante se va a surtir de su propio huerto y de los huertos vecinos. Y hablando de ésto, Alex saca pecho al hablarnos de cómo su abuelo comenzó con el proyecto del huerto hace cuarenta años. La oferta gastronómica de Can Truy va a estar, por lo tanto, supeditada a los productos de temporada lo que va a obligar a su equipo a reinventarse periódicamente para utilizar en sus menús los productos más frescos. Thomson es claro al respecto: “buscamos una calidad determinada. Si no hay calidad no se va a servir, y por eso la carta se va a ir cambiando para no comprometernos a algo que luego no podamos dar”.
Alex es nacido y criado en Ibiza, de padre neozelandés, madre británica y formado profesionalmente en Londres. Y este mestizaje se plasma en el restaurante en el que va a tener cabida un pollo payés, verduras de la huerta ibicenca, y ¡un asado Hangi! Sí, ha leído usted bien: en Can Truy podrá disfrutar de un exquisito asado maorí hecho en un auténtico horno hangi ¡como marcan los cánones! Eso sí, para disfrutar de esta auténtica maravilla culinaria tendrá usted que hacerlo previo encargo.Y es que esta técnica culinaria propia de los aborígenes neozelandeses y de otros pueblos del Pacífico consiste en asar la carne en un horno excavado bajo tierra que se calienta durante dos horas con fuego (los laterales y el fondo se cubren con piedra para que conserve el calor) para más tarde introducir en él la carne y cocinarla con el calor residual durante un largo período de tiempo. El resultado es una carne “que se deshace, con un sabor ahumado intenso y muy especial”. Lo cierto es, nos cuenta Alex, que fue su padre el que construyó este horno hace 35 años, tarea que no le fue nada sencilla porque, nos dice entre risas, “las piedras de aquí no guardaban el calor y explotaban”.
En cuanto al equipo, Alex destaca la importancia de formar un bloque, como si fuera una familia, muy consciente de la máxima inglesa que reza “you´re as strong as your team (Eres tan fuerte como tu equipo)”. Así las cosas, la plantilla está formada por autóctonos y foráneos con un denominador común: la juventud, las ganas y la pasión. Estamos seguros de que cosecharán muchos éxitos y desde FaceFoodMag les deseamos la mejor de las suertes.