Marco Schiralli - Gecko Hotel & Beach Club. La experiencia más auténtica de Formentera
Agudizar todos los sentidos, dejándonos embriagar por los sonidos de la naturaleza, el tacto de la brisa marina sobre la piel, la imponente imagen de las aguas turquesas de la paradisiaca playa de Migjorn y los exquisitos aromas y sabores de la gastronomía mediterránea. Parar el tiempo. Desconectar (pero de verdad) y vivir una experiencia de total bienestar. Gecko Hotel & Beach Club propone un viaje al origen para gozar de la esencia más genuina de la isla de Formentera. Así lo relata el director del establecimiento, el italiano Marco Schiralli (Trani, Apulia, 1976) que, tras 20 años viviendo en Ibiza, hace dos que sucumbió ante los encantos de la “slow life” de la pequeña de las Pitiusas.
Qué tendrá Formentera, que tanto gusta a los italianos... ¿qué te trajo a ti a la isla?
Sí, soy el único italiano en Formentera, no hay más... (bromea). Vengo de haber vivido 20 años antes en Ibiza. Surgió el proyecto de Gecko Hotel & Beach Club, de la mano del grupo Marugal, de Mallorca, que gestiona más de 14 hoteles en España. Me gustó porque Gecko es un hotel referente en la isla. Ha cambiado un poco el destino, trayendo a un tipo de público que no existía antes en Formentera. Es un lugar único...
¿Qué es lo que más te gusta de Formentera?
Formentera es el último paraíso del Mediterráneo. Una isla con un ritmo muy lento. No hay tráfico, se disfruta muchísimo de la calma y de la tranquilidad. Ahora estamos viendo que está viniendo mucha gente a teletrabajar a la isla. Y esto lo vemos cada año más también en el hotel, sobre todo en los meses de temporada baja, en los que tenemos huéspedes que vienen a trabajar en remoto desde aquí.
Formentera es el último paraíso del Mediterráneo
¿Cómo es el cliente de Gecko?
Tenemos que distinguir entre lo que es el hotel y el restaurante. En el hotel y en el beach club, tenemos una mayoría de cliente nacional, pero también muchos británicos, americanos, franceses, alemanes e italianos. Es un cliente muy internacional. En el restaurante, aunque creo que Gecko gusta mucho a los clientes extranjeros, tenemos un gran volumen de público local. Porque nuestra cocina es tradicional mediterránea, con alguna influencia internacional. Nuestras especialidades son el pescado y los arroces cocinados según la tradición mediterránea.
¿Qué peso tiene el restaurante dentro de Gecko Hotel & Beach Club?
Es un valor muy importante. Es un restaurante abierto a todos y con un precio accesible para la calidad que ofrecemos. No somos un restaurante de estrella Michelin. Somos un restaurante para disfrutar del buen vivir al lado del mar. Además, celebramos muchos eventos en Gecko y, en todos ellos, la gastronomía juega un papel muy importante (bodas, cenas temáticas, cenas románticas...). Tenemos un ambiente muy flexible que se adapta a muchos tipos de ocasiones.
¿Qué novedades gastronómicas encontramos en Gecko esta temporada?
Mantenemos nuestro punto fuerte, que son los arroces y los pescados. Hemos mejorado mucho este año la oferta de carnes, con carnes maduras gallegas, y también las pastas, enfocándonos sobre todo en ese público italiano que quiere comerse una buena pasta con bogavante o con almejas al lado del mar. Mantenemos también nuestras icónicas espetadas junto al mar (cada martes y jueves por la noche) con espetos al estilo andaluz, pescado cocinado a la leña según la tradición. Es muy auténtico preparar el pescado de esta manera.
¿Cómo definirías Gecko en muy pocas palabras?
Gecko es el relax, la naturaleza y vivir la verdadera experiencia de Formentera. Estamos muy enfocados en el turismo wellness. Por eso, ofrecemos actividades como las clases de yoga.
¿Cómo es el equipo de Gecko Hotel & Beach Club?
Tenemos una buena base del equipo histórico de Gecko, que acompaña a Marugal desde que empezaron a gestionar el hotel en 2016. Hay un ambiente muy joven y muy internacional, porque vienen personas de todo el mundo a trabajar aquí. En el restaurante, tenemos al chef Juan Diego Craywinckel, que lleva 10 años en Gecko y es nuestra mayor garantía de calidad. Es una persona muy proactiva, que cuida muchísimo las presentaciones, el producto, las raciones... Mantiene los sabores tradicionales, pero, sobre todo, destacaría de él que es un buen maestro, porque se enfoca mucho en enseñar a las nuevas generaciones cada pequeño detalle. Es un mentor, más que un chef.
¿Qué planes de futuro tenéis para Gecko?
Nosotros queremos seguir trabajando en la línea de nuestra idea de relax y bienestar. Nos distinguimos de todos los beach clubs que tenemos cerca porque nos enfocamos en la relajación, con música chill out... El cliente puede encontrar dos ambientes en Gecko: el beach club en la piscina, con una atmósfera vibrante, con shows, DJs y música en vivo (pero sin interferir en la relajación de los huéspedes). Y tenemos otro ambiente al que llamamos “los Jardines Zen”, donde solo se escucha el mar, los pájaros y la naturaleza. Tenemos un programa de actividades muy amplio que se realizan en este espacio, y todas ellas giran alrededor del wellness.
¿Cuál es tu opinión sobre la rapidísima evolución que se está produciendo en la gastronomía de la isla?
Creo que, al igual que pasó en Ibiza, esto lo ha decidido el propio mercado. El turista que visita ahora Formentera busca una gastronomía de altísimo nivel. Obviamente, el cliente histórico de Formentera de sol y playa sigue estando, pero ahora hay un cliente que busca también la alta cocina y los chefs de renombre que han llegado a la isla. Creo que el panorama de la restauración de Formentera está evolucionando hacia una gastronomía más cuidada y con más detalle.